lunes, 13 de mayo de 2013

Semana 3 de 16: Fluctuaciones

Como en todo comienzo los errores son numerosos pero al ser solo el comienzo son faciles de solucionar. Durante esta semana he conocido a personas muy experimentadas en el mundo del triatlón y del atletismo en general que me han llenado el disco duro de muchísima y muy buena información que he tenido que procesar y digerir. Una vez superado el proceso este ha sido el resultado: plan de entrenamiento re-estructurado y más detallado, fecha y geografía de la competición cambiada y muchas más ganas de seguir entrenando.

Así es como todo sucedió. A principios de semana fuí a hablar con el director de Ociosur San Roque para comentarle la posibilidad de que me patrocinasen. Como cabía esperar, conociendo la situación económica actual, no tenían los medios pero muy generosamente el director, Ivan, se ofreció a ayudarme con otros aspectos de mi entrenamiento incluyendo la recomendación de hablar con Roberto, un triatleta ya experimentado que podría darme muchos consejos.



Roberto resultó ser todo lo que me prometieron y más. Al presentarme y decirle cuales eran mis objetivos, enseguida comenzó a darme una lista de valiosísimos consejos de los cuales intenté no perder detalle para no malgastar ningún pedacito de la información que gratuitamente me estaba dando. Su enfasis fué puesto en nadar, nadar, nadar y más nadar! Me comentó que la natación suele ser la parte más difícil de la prueba y que si consigues meterte en una buena posición desde el principio en el agua, el resto suele venir solo. También me informó de que en Andalucía es donde más triatlones se celebran en España y que alrededor de la fecha del Triatlón de Tarragona (10 Agosto) se celebra uno en Estepona (14 Agosto) y que por lo tanto el dinero que me iba a gastar en ir hasta allí, podía gastármelo en equipo o simplemente ahorrarlo.

Más tarde, a raíz de una reparación de bici, fuí a Ciclo Veloz en La Linea de la Concepción. Allí, el excelente mecánico Míguel (reparó una bici que nadie más pudo antes por menos de la mitad del precio) resulto ser también un gran deportista y me introdujo a la utilización del pulsómetro. Tan amablemente como los otros dós, Míguel se tomó el tiempo para darme las pautas esenciales para seguir durante este entrenamiento. Entre las cosas que me dijeron me quedo con una en particular sobre la que los tres coincidieron: ''DISFRUTALO''.

Por lo tanto, aquí presento el plan de entrenamiento ré-editado y re-estructurado de las próximas 5 semanas, los detalles de los entrenamientos y la tabla de frecuencia cardiaca:



Nadar
  • Velocidad
    • Distancias cortas x muchas repeticiones: 5x100m – 10x50m – 10 x 25m
  • Fuerza
    • piernas: 5x50m
    • brazos: 2x125m
    • técnica: pulgares pegados a los costados – puños izq/der – subacuático
  • Resistencia
    • Largas Distancias x pocas repeticiones
    • 2x500m – 3x300m – 4x200m
    • alternando intensidad entre series

Correr + Pedalear
  • Sesiones cortas
    • Frecuencia cardiaca (FC) Alta: 70% - 80%
  • Sesiones Largas
    • FC media: 60% - 70%

¿Por qué es tan importante tener en cuenta la frecuencia cardiaca (FC)?
La FC es el ritmo al que trabaja nuestro corazón. Este ritmo no es innato, si no que cambia según vaya mejorando o empeorando nuestra forma física, la edad, la fatiga... Para poder sacarle el mejor rendimiento al ejercicio físico que estamos haciendo o alcanzar el objetivo que nos hayamos fijado eficazmente y evitando lesiones, debemos ir midiendo nuestra frecuencia cardiaca para no pasarnos y sobrecargarnos o no llegar al esfuerzo mínimo. 

Dependiendo del porcentaje al que trabajemos, estaremos entrenando una zona u otra:



 Si quisiéramos controlar o bajar de peso deberíamos trabajar entre el 60%-70%. En mi caso esto sería entre 141 a 157 pulsaciones por minuto. Trabajando en esta zona, aunque se queman menos calorías pues el esfuerzo es menor, el cuerpo utiliza primero las reservas de grasa del cuerpo.

Si, por ejemplo, quisiéramos mejorar nuestra resistencia y condición cardiovascular, haríamos un ejercicio más aeróbico (donde se utiliza más oxígeno) para subir nuestras pulsaciones al 70%-80%.


¿Cómo podemos hacer nuestra propia tabla de FC?
Esto no es muy difícil pero sería recomendable tener un pulsómetro. Para empezar debemos medir primero nuestra FC mínima. Esto se puede hacer sin pulsómetro, al despertar por la mañana, palpando el pulso con dos dedos en la muñeca o en el cuello bajo la mandíbula durante 15 segundos. El resultado se multiplica por 4 y ese es nuestra FC mínima. Es recomendable hacer varias mediciones en la mañana pues suele variar y utilizad la pulsación más baja.

 Nuestra FC máxima se puede medir restando 220 y nuestra edad para los hombres y 230 menos nuestra edad para las mujeres. Esto es un método general pués la FC Max varía en cada persona y varía según el deporte que practiquemos pero se puede conseguir un resultado muy aproximado. Una vez tenemos estos dos numeros, seguimos la siguiente fórmula para calcular los porcentajes:

((FC max - FC min) x porcentaje) + 44

Os pongo un ejemplo con mis propios números:
FC max = 207
FC min = 46

60% = ((207 - 46) x 0.6) + 44 = 141
75% = ((207 - 46) x 0.75) + 44 = 165


Pescadores
Después de unas semanas hablando con mi abuelo y llamando, conseguimos acordar una fecha para que pudiese ir a la Parroquia de Pescadores a hablar con el padre Andrés. Por la cercana relación que ha tenido Andrés con algunos miembros de mi familia, algo había escuchado sobre esta original persona pero al conocerla sobrepasó todas mis expectativas. Tengo que decir antes que nada que aunque esté bautizada y haya hecho la comunión no me considero creyente, ni religiosa, ni católica o cualquier otra etiqueta del estilo que pueda haber. De hecho, desde pequeña me volví bastante reticente a implicarme con nada que tuviera que ver con la iglesia o sus afiliados. Por esta razón me sorprendí incluso yo misma al principio habiendo elegido una Parroquia católica como destinatario de mi atención y ayuda.

Al traspasar la puerta de la Parroquia me recibió un hombre acechado por los años pero lleno de jovialidad. Vestido con vaqueros (jeans), camisa y chaleco, cuello rodeado de dos colgantes típicos de un puesto hippie de tarifa, la cara enmarcada con pelo y barba blanca rizada, moreno marinero y manos de un pianista que trabaja a medio tiempo en un olivar, me saludó con la calidez que se saluda a un viejo amigo después de no haberlo visto en muchos años. 

Entramos en una habitación que servía de despacho y nos sentamos frente a frente, cada uno en una silla. Andrés, muy naturalmente, comenzó a hablarme de su juventud, como conoció a mis abuelos y como llegó donde está ahora. Me habló de la casa de acogida que construyó junto a Pepe Arana en la parte de atrás de la parroquia y como aquel lugar, que había visto épocas mejores, había servido para alojar a más de cuarenta personas que inmigraban a España buscando un futuro mejor. Me contó como los ayudaban a integrarse, a buscar trabajo, a arreglar sus papeles; me contó como ayudaban a aquellos que, después de un infernal viaje en pateras y cayucos durante días, llegaban hambrientos y desidratados a la costa; también de las mujeres y niñas que eran traídas por mafias para prostituirlas y que se refugiaban tras los muros de aquel lugar. 

Pero Andrés, un poco desilusionado, también me contó como la inmigración había cambiado. Ahora, decía, con la situación económica, muchos vienen buscando formas alternativas y fáciles de hacer dinero: robos y drogas sobretodo. Mientras me daba un pequeño tour de la casa de acogida me informaba que ahora llegaba la gente a ''cuenta gotas'' y que era difícil saber cuando alguien llegaba por necesidad o por interés. 

Aun después de escuchar este desolador relato no pude evitar quedarme impresionada con las magníficas instalaciones de la casa de acogida. Aunque son humildes, las habitaciones son amplias, limpias. Están acompañadas de una hermosa cocina y una gran sala que sirve de area común con unas mesas, sofás y una tele rodeada de vídeos VHS antiguos. ¿Qué haría falta para renovar aquel lugar y volverle a darle la vida que antes tenía? Existen muchísimas personas pasando muchas necesidades en este momento, ¿Cómo podríamos aprovechar ese espacio para ayudar a todas esas personas? 

Todas esas y muchas más son las preguntas que me planteo. Pero el que todavía haya alguien, religioso o no, dispuesto a ofrecer tanto y ayudar a tantas personas es inspirador y ahora más que nunca tengo ganas de ayudar ¿como? todavía no lo sé, pero la idea llegará. Por supuesto, si alguien tiene alguna sugerencia o idea, será más que bienvenida!


Muchas gracias :)

Paz,

a.g.c.




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